De tal palo, tal oreja.


Hay una historia que me contaron una vez de pequeño. Era la historia de un pintor tan perfeccionista que se habia cortado la oreja para poder ver cómo era al detalle y poder plasmarla a la perfección en sus cuadros.

Fabulas que se inventaban para enseñar que la perfección lo era todo y que si quieres ser el mejor no vale con ser simplemente bueno y normal, sino que tenías que hacer cosas que rompan los límites, sin importar si eso conlleva a cortarte tu propia oreja. 

Nada más lejos de la realidad. Vicent nunca hizo eso por amor al arte sino por locura, por falta de sentido común y falta de conciencia.
Irónicamente Vicent no es el unico que ante una situacion de estrés mutila una oreja. Cuando leemos Mateo 26:47-56 podemos encontrar una situacion que tiene cierto parentesco.

Judas, seguidor de Jesús, decide aparecer con un grupo de personas armadas y apresar a Jesús. En el momento más tenso, ante la desesperación de ver al hijo de Dios en esa situación, Pedro decide actuar de la forma más violenta que podía. Desenfunda una espada y corta la oreja de Malcon (siervo del sumo sacerdote). Analizando lugar y contexto creo que la mayoría de nosotros reaccionaríamos de la misma manera ante una injusticia tan grande como lo era el encarcelamiento y futuro sacrificio de Jesús, de hecho, no hacerlo quizas significaría que nos daría igual y seriamos indiferente ante el tema, pero justamente esa "ayuda" que Pedro estaba dando iba totalmente en contra de la voluntad de Dios.

 

A veces no solo basta una buena intención si esta no está alineada con la voluntad de Dios.

 

Para suerte de Malcon Jesus estaba en el mismo sitio. Aqui viene el mensaje que nos deja todo esto. Muchas veces nos equivocamos y actuamos pensando que es la forma correcta, incluso pensamos que estamos "ayudando a Dios" con nuestras acciones, pero no tenemos en cuenta lo que Jesús tiene para decir. En esta situacion Jesús aclara que tiene la capacidad para liberarse, pero aunque parezca loco ese no era el plan, sino que había algo mucho más grande de lo que podía ver Pedro en ese momento. Por suerte para Pedro esto no le trajo consecuencia ya que Jesus decide sanar a Malcon a pesar de que quizas ni lo merecía, pero si hay algo claro, el orden de las cosas siempre será el mismo, piensa, ora y actúa, pero nunca al revés.








Comentarios

Publicar un comentario