Parte del decorado.


 Misma cama, un mundo de distancia. Frases que duelen, actos que asesinan. Personas que están bajo el mismo techo pero que viven solas. Un sofá, otra cama u otra habitación, el resultado es el mismo.
Quizás puedas decir que nunca lo pasaste, o quizás lo estés viviendo en este mismo momento. No somos ajenos a estos problemas. En un mundo donde el tramite para casarte conlleva cientos de papeles y tiempo invertido, el divorcio se realiza en un solo día.

¿Cómo llegamos a esto? ¿Cómo permitimos esto?

Es obvio que cuando alguien se casa, promete que es para toda la vida, pero lamentablemente son pocas las parejas que llegan a cumplir dichas palabras.

 ¿Acaso cambiamos el significado y la importancia de la palabra?

En un mundo donde nada es para siempre, donde el "cambio" está a la orden del día. Un mundo que te enseña a ser libre, que sigas tu voluntad y tus sentimientos sin importar lo que se interponga en el medio. Vivimos en un mundo donde se antepone al yo por encima del nosotros. Quizás no solo se aplica a las parejas casadas o a personas que viven juntas. La indiferencia y la falta de lucha se aplica a nuestro día a día, logramos esta indiferencia cuando pasamos por al lado de una persona con necesidad y decidimos mirar el móvil. Con el tiempo obtuvimos un don increíble para pasar por situaciones que no son normales, y convertirlas en parte del paisaje. 

¿Cómo llegamos a esto? ¿Cómo permitimos esto?

Reiteradas veces escuché frases como "siempre está ahí" , "si le doy dinero lo gasta en alcohol" , "yo no puedo cambiar el mundo", tantas son las veces, que hasta yo me creí que eso era cierto. Pasé de ser una persona que ayuda a una persona que ignora. Tan atareado en mis cosas, en mi mundo que logré poner una falsa pantalla delante de mis ojos.
Alguna que otra vez me tomo el tiempo de hablar con personas, pero son pocas las que realmente escucho. Alguna vez veo a esas personas pidiendo comida, pero pocas veces son las que realmente los veo y actuo.
No creo que sea el único que está en esta situación, de hecho estoy seguro que no lo soy.

En mateo 14:15 podemos ver en los apóstoles la misma actitud de nosotros, cuando vieron a 5 mil personas que se acercaban a donde ellos estaban, hablaron con Jesús para que éste los mande a sus casas a comer.

En Marcos 5:31 otro caso de tantos, cientos de personas rodean a Jesús, y una mujer con hemorragia hace 12 años toca su manto, Jesús se gira y pregunta: 

-¿Quién me ha tocado?

a lo que los apóstoles desesperados por la situación contestan :

-Ves que la gente apretuja, en serio preguntas ¿quién te ha tocado?

No somos tan diferentes en realidad, somos iguales. Ante una situación "estresante" no podían ver lo que realmente pasaba a su alrededor.
En ambos casos, para suerte de los presentes, Jesús pudo ver lo que realmente estaba pasando a su alrededor, y no fue indiferente con eso.

Nunca pienses que no vales lo suficiente como para ser visto por Dios, Él está al tanto de lo que pasa, solo espera el momento justo para actuar de la mejor manera.

Viendo a la multitud con hambre les dio de comer y sabiendo de la mujer con sus hemorragias, la sanó con unas simples palabras. La diferencia entre ver algo como parte del paisaje y verse a uno mismo como parte de la solución.
Lo bueno que aun estamos a tiempo de poder cambiar el mundo de muchas personas, con actos por mas pequeños que parezcan. 

Si leemos hechos 3:6-7 una vez obtenida la experiencia que conlleva conocer a Jesús, sus apóstoles decidieron no ser indiferentes al mundo que los rodea, en estos versículos podemos entender que había un hombre que pedía limosna cada día.
Día a día estaba allí, la gente pasaba y de tanto verlo lo convirtió en parte del paisaje. Pero algo pasó por el corazón de Pedro, quizás se acordó de los momentos en que Jesús no fue indiferente y decidió imitarlo. Sea cual sea el motivo logró cambiar el mundo de esta persona de una manera extraordinaria.

Tenemos la capacidad de dar lo que recibimos de gracia, ya no se trata solo de ir a la iglesia el domingo, se trata de marcar la diferencia en nuestro entorno de una manera diferente.

Cuando nadie ayude a ese vagabundo siéntate al lado, dale un café caliente y pregunta cómo se siente.
Cuando nadie haga nada cuando una persona llora sola en un banco de la plaza, ofrece un pañuelo y  pregunta cómo se siente.
Cuando nadie escuche a ese abuelo/a que está sola en el bar, pide una caña, acércate y preguntale cómo se siente.

Te sorprenderías de las historias que puedes escuchar, y quizás puedas lograr entender el porqué de la situación. Estoy seguro que si llegas a ese punto, ser indiferente al mundo que te rodea ya no es una posibilidad, y al no ser indiferente ya estarás cambiando la realidad.

Por ultimo, no te olvides de ofrecer la salvación, ellos/as también la necesitan.


 

Jesús alimenta cinco mil. Anónimo.




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