Hay refranes que se dicen hace muchos años. Algunos son graciosos y otros tan ciertos que hasta fueron usados en juicios.
Refranes que tienen la capacidad de marcar una vida, un instante, un momento.
Refranes que tienen la capacidad de marcar una vida, un instante, un momento.
Algunos fueron dichos por sabios, con la intención de prevenir un sufrimiento a la generación venidera y otros fueron dichos por estúpidos, en momentos donde la idiotez humana alcanzo su máximo esplendor.
Tenemos refranes como "Una imagen vale mas que mil palabras" que tiene la capacidad de ser usado para momentos de tristeza o felicidad. También hay otros como "al que madruga Dios le ayuda", famoso refrán odiado por nosotros los que solemos estar despiertos hasta la madrugada (para contrarrestar aprendí a usar esto "uno que madrugó,un dolar se encontró. Pero mas madrugó, aquel que lo perdió".)
Lo increíble de nuestro idioma es que también podemos distinguir un refrán de frases hechas. Algunas quizás las conozcas, por ejemplo "cada loco con su tema" o "borrón y cuenta nueva".
Dado que tenemos diferencias entre refranes y frases hechas, porque no usar ambos en una misma escena.
-Me dieron gato por liebre- exclamó ella cuando conoció realmente a su marido.
-Carne de zorro no envejece- se justificó él.
Situaciones como éstas, son el dia a dia. Las usamos sin darnos cuenta, frases y refranes son parte de nuestro vocabulario diario. Desde mayores hasta niños/as que recién empiezan a hablar.
Hoy me quiero detener en un refrán que es capaz de marcar la diferencia, también lo podemos simplificar y convertirlo en frase. "Buenas palabras y malos hechos, engañan a los locos y a los cuerdos", o simplemente decir "hechos y palabras".
Cuando leemos Juan 4, encontramos una situación llena de palabras acompañadas por hechos y de hechos acompañados de palabras. Encontramos malos entendidos, falta de interpretación, mentiras y verdades. Encontramos una forma de romper las reglas y un ejemplo a seguir.
La tradición enseñaba que los judíos no tenían nada en común con los samaritanos, por eso no compartían nada. Dado esto, los samaritanos no solían relacionarse con ellos.
La tradición enseñaba que los judíos no tenían nada en común con los samaritanos, por eso no compartían nada. Dado esto, los samaritanos no solían relacionarse con ellos.
Jesús arduo conocedor de la tradición judía, decide romper eso para alcanzar a un pueblo. Decide romper el hielo con una simple frase "dame un poco de agua", gran atrevimiento.
Si quieres alcanzar a esas personas que aun no escucharon lo que tienes que decir, atrevete a hacer eso que los demás no hacen.
Si dejamos la historia aquí, sólo quedaría como un Jesús desafiante y provocador, pero la historia no se detiene. Empieza una serie de frases sin sentido para unos, y molestas para otros.
Lo que hace increible la historia, es la forma de llevar la conversación. Teniendo la información adecuada tenemos la capacidad de construir o destruir a una persona y Jesús usó esto.
Lo que hace increible la historia, es la forma de llevar la conversación. Teniendo la información adecuada tenemos la capacidad de construir o destruir a una persona y Jesús usó esto.
Primero rompe el hielo, segundo habla de salvación, tercero usa la información que tiene para demostrar quien es y por último ofrece la salvación, presentándose asimismo como medio para obtenerla. La samaritana anonadada por todo este acto de frases y hechos, decide no guardarlo y lo comparte con su pueblo.
Siempre que tus palabras esten acompañadas de hechos, marcaras la diferencia.
Jesús tenia algo que decir, y sus hechos acompañaron su mensaje. Si sólo hubiese dicho que la salvación es para todos y no hubiese predicado a miles, sería solo un loco que se cree el Mesías. Pero siempre que habló actuó y ese es nuestro ejemplo.
No seamos cristianos de palabras. Si llegamos a serlo, seremos mas parecidos a los primeros que a los últimos. Puedes decidir. Actua o habla menos, pero no nos quedemos igual.
Jesús y la samaritana, el prado. Anónimo
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