Instagram, Facebook, Twitter, Tik
Tok, y cientos de plataformas que nos permiten conectar con personas de todo el
mundo. No solo eso, sino que también nos permite exhibirnos, mostrarnos, darnos
a conocer de la forma en que queremos que nos vean. Cada cuenta tiene destellos
de la personalidad de su dueño, algunos son originales, otros son copias
baratas de los que ya tuvieron éxito.
Pero si hoy te pregunto ¿Quién eres?
¿Sabrías qué contestar?
Te doy un ejemplo, si hablas
con un médico, pongámosle de nombre Pepito, estoy casi seguro que él me
respondería... "Hola soy Pepito, tengo 40 años, estoy casado y soy
médico". Toda su vida está basada en esos criterios que le dieron su
identidad, pero si a Pepito le quito su esposa y su título ¿Qué queda de
Pepito?
Al final, siempre estamos
basando nuestra identidad en cosas que pueden variar, en cosas que no podemos
controlar, en cosas que pueden desaparecer y ser destruidas en una fracción de
segundo.
Si leemos mateo 26:69-75 seguramente
conozcas esta historia, Pedro negando a Jesús 3 veces antes que cante el gallo,
pero ¿Cuál es la postura generalizada de esta situación?
Lo fácil sería hablar de la
poca fe de Pedro, criticar, cuestionar y preguntarse desde un lado de
superación cosas como ¿De verdad negó a Jesús?, o quizás frases como
"pobre Pedro no sabía lo que hacía" u otras como "yo en su
lugar, preferiría morir antes de negar a Jesús".
Quizás el motivo de su negación
no fue causado por el miedo, sino que hubo algo más que se nos está escapando.
¿Será que estaba teniendo una crisis de identidad?
Pedro venía de pasar los tres
años más intensos en la historia de la humanidad, venía de ver milagros como
sanación, resurrección, provisión, y cientos de cosas que superaban su
expectativa día a día.
Pedro era un seguidor de
Jesús.
El negar a Jesús, causó que
todo lo que había construido en los ultimos años, todo lo que había hecho, cada
esfuerzo, cada lucha, cada decisión tomada, pierda valor. Él se estaba moviendo
por un principio, y en una situación de tensión, ya no lo tenía. Pedro no solo
negó a Jesús, sino que también se negó asimismo.
Lo que sucedió era lo obvio,
Pedro no supo quién era, por ende, tampoco sabía quién era Jesús.
Muchas veces basamos nuestra identidad
en cosas que pueden cambiar en el tiempo, como la vida de Pepito, el médico que
estaba casado, se divorció al cabo de unos años, y eso le trajo depresión,
causando que cometa errores en el trabajo, y a consecuencia de eso, perdió algo
muy valioso para él, su licencia. Ahora Pepito ya no es un hombre casado ni es
médico, su identidad cambió.
Pedro ahora no es Pedro, vuelve
a ser Simón, vuelve a ser lo que los demas dicen que es, vuelve a ser un
pescador.
Muchas veces necesitaremos
hacernos preguntas como ¿Quién soy?, y plantearnos situaciones como la
siguiente: "si hoy nos quitamos esas etiquetas que forman parte de nuestra
identidad ¿Qué quedaría?"
leer Juan 21:15-17
De un lado Simón y del otro
lado Jesús, el que negó su identidad y el que vino a restaurarla. Jesús sabía
que Simón tenía que volver a ser quien era, la situación no podía quedarse de
esa manera, Simón tenía que volver a ser Pedro. Cuando le pregunta tres veces
si lo ama, lo que hizo fue devolverle eso que había perdido en aquella noche al
negarlo, le está recordando quién está realmente en su corazón y le recuerda cuál
era su propósito.
Jesús se aseguró que Pedro
vuelva a tener su identidad, una identidad que nadie le iba a poder arrebatar
nunca más, porque ya no dependía de Pedro, sino de Jesús.
Muchas veces nos dejamos
influenciar por el entorno que tenemos, vivimos en un mundo superficial, donde dependiendo
de la moda somos una u otra persona, pero solo hay una identidad que nunca va a
cambiar y es aquella que viene de una convicción, aquella
que es lo suficientemente fuerte como para anteponerse a todas las cosas. Pedro
tuvo que pasar por una situación difícil para entender quién era, pero al final
se dio cuenta que lo único que nunca iba a cambiar era el amor de Jesús hacia
él, y eso le devolvió su identidad, su personalidad, su llamado, su propósito,
y lo convirtió en el hombre que leemos hoy en día.
¿De qué depende nuestra
identidad? Una varía, la otra no.
¿De quién depende nuestra
identidad? Tenemos el poder de elegir.
Escoge bien.
Imagen Bansky.
Muy buen contexto bíblico y como lo utilizas para mostrar algo que estamos viviendo en la actualidad. Siempre se nos dijo estudia y serás alguien en la vida y vaya que fui bastante rebelde, un cartón para ser alguien? Ya somos algo y Dios ya lo puso sobre nosotros. La realidad es que lo vemos en cualquier circunstancia de nuestra vida.
ResponderEliminarTodos deben leerlo!
“Pedro se negó a si mismo”, Me hizo pensar esta frase ya que es interesante que no tiene nada que ver con lo que Jesús pidió a sus discípulos cuando les dijo «…Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, y tome su cruz, y sígame.»
ResponderEliminarS. Mateo 16:24 RVR1960
Nos negamos a nuestros gustos y comodidades, pero nunca debemos negar quienes somos.
Buenísimo Agus, nuestra identidad no está en lo que hacemos, si no en lo que somos. Y somos hijos del mismo Padre. Me alegra poder llamarte hermano.